SALUD EN TIEMPOS DE PANDEMIA

 


A finales del año 2019 el mundo, recibía, con incredulidad,  la noticia desde Wuhan, China, que una nueva enfermedad estaba afectando a la población del gigante asiático.
     Los primeros reportes que nos llegaban, por los canales informativos, hablaban de una enfermedad parecida a una gripe pero que rápidamente desarrollaba neumonìa, algunos casos se complicaban  con  insuficiencia respiratoria que necesitaban asistencia respiratoria mecánica y algunos enfermos a pesar de ello, fallecían por fallo multisistèmico.
        El mundo en general lo tomó como una infección grave, que si bien es cierto revestía peligro, tampoco era menos cierto y lo más probable que esta temible enfermedad se quedaría dentro de las fronteras chinas. Jamás se llegó a pensar que el brote y epidemia local, hasta ese momento,  se transformaría en pandemia.


 


Pero a medida que los días pasaban, las noticias en los medios locales e internacionales nos hacían conocer que Europa registraba sus primeros casos, y que,  contrario a la primera impresión que se tuvo; el virus se expandía como reguero de pólvora por este continente.  Pronto llegaría a América y de ahí en poco tiempo se expandiría por toda Latinoamérica.  Como en efecto sucedió, de pronto la OMS declaró la pandemia. En menos de dos meses el virus se había diseminado por todo el mundo, afectando a todos los grupos poblacionales. 
El virus se expandió por todo el planeta, y afectó a los diversos grupos etáreos, y en especial en las personas de la tercera edad y con comorbilidades, tales como obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes o inmunosuprimidas grupo en el cual se produjeron muchos fallecidos. Todos los países pusieron a prueba sus servicios de salud y se comprobó que ningún de ellos estuvieron preparados para esta catástrofe sanitaria,  inclusive los países del primer mundo vieron colapsar sus servicios de salud ante la embestida del virus que provocaba un desbordamiento en la demanda de atención.

Pero en el Ecuador, en particular que es lo que pasó; el manejo y reparto político que se hizo del sector salud durante 14 años, causó sus estragos en  la pandemia; durante más de una década se descuidó la atención primaria en salud, dando prioridad a la medicina curativa con la construcción de hospitales y minimizando la atención primaria puesto que más réditos políticos da inaugurar un hospital que una unidad primaria de salud. 
Se dejó de lado el hecho de que la atención primaria de salud es màs barata y efectiva que la atención hospitalaria, y como se sabe a nivel primario se resuelven màs del 85% de patologías.
A parte la atención primaria al estar cerca de la población, se puede realizar actividades de fomento de la salud y de prevención de la enfermedad actividades olvidadas por haberse hecho un manejo político de la salud.
Con esta enseñanza que nos deja la pandemia del Covid-19, esperamos se fortalezca la atención primaria de salud, y nos encuentre mejor preparados para la segunda oleada que está perfilándose silenciosamente y que ha empezado a atacar a los países europeos.



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